Si alguna vez alguien me preguntara como se aprende a emprender, la única respuesta que tengo al respecto sería decirle, «Empezando».
Y es que son muchos los factores que te pueden hacer tomar la decisión de hacerlo: desde ver una oportunidad en el mercado en el que te manejas mejor, al sentido de que ves, que de una vez por todas, el tiempo que has dedicado a analizar, ha sido excesivo y toca mover fichas para ponerse en la primera linea de fuego.
Otra etapa de la vida, en la que tienes que sacar fuerza para salir adelante, jugando siempre al límite y sin escusas para rendirte, aprendiendo día tras día, analizando las situaciones tal como suceden, alimentando tu alrededor con lo mejor de ti mismo y actuando, tomando decisiones, que para bien o para mal, darán su fruto en positivo o negativo.
En definitiva, nada diferente a tu vida, donde los proyectos no son cadenas que te atan, eso faltaba; si no estás a gusto con lo que haces, lo mejor que puedes hacer por ti mismo es largarte y dejar hacer a los que tienen la capacidad de soñar con una forma de hacer diferente.