Va siendo hora de retomar las buenas prácticas y la escritura en este blog, no prometo continuidad ya que los ajetreos del día a día no me permiten sacar tanto tiempo como para ello.
Pero como al final estas palabras dejadas aquí, son para mi y para ti, en cuando pueda sacar unos minutos sin dudarlo lo haré. No importa los motivos que llevaron al parón. Simplemente un descanso para retomar energías y sin darte cuenta, ha pasado muchísimos años, tantos como canas, una crisis, una pandemia y no se cuantas olas del puñetero bicho…
Y tal cual a la canción de Viva Suecia que titula este post… NO HEMOS APRENDIDO NADA.
Te recomiendo que la reproduzcas y mientras suena, te doy contexto.
Recordáis aquellos momentos los que nos encerraron en casa, como olvidarlo ¿verdad?, todo era miedo, todo era limpiar, soledad y un pánico desmedido a las relaciones sociales, por que en ellas se escondía un bicho que acababa con la vida de muchas personas.
Una ola, todos encerrados… otra ola, miedos, faltas de suministros, desconcierto, mascarillas estiradas hasta lo insalubre, hasta llegar al punto de tener las manos quemadas por el gel hidroalcohólico. Paranoia…
Veranos de calor con lo que llego a denominarse el bozal, para que el protagonista de esta fiesta no interrumpiera en las vacaciones familiares, o peor, en las fiestas navideñas. PCRs con un precio lo más parecido a un robo a mano armada, con el único fin de no llevar aquello que no quieres a tus seres más queridos. Vacunas, vacunas y más vacunas.
¿Y todo esto para qué?
Para llegar al día de la nueva normalidad, al día en el que se ha dejado de hablar en las tertulias de las principales cadenas de los pangolines y lo raros que son unos asiáticos que comen cualquier cosa. Para dejar de pensar en ese bicho que ocupó dos años de nuestras vidas para no haber aprendido nada.
Y como en la canción que se repite como un martillo pilón. De nada ha servido todo lo que pasamos durante ese tiempo, todo lo sacrificado, todas las expectativas y planes truncados todas las vidas, raro es a quien no le ha tocado de cerca con algún familiar que ha fallecido. ¿Qué más tiene que suceder? Hay que ver que pronto olvidamos.
¿Aún no sabes de que te hablo?
Si es así será verdad que no hemos aprendido nada. Qué lastima que las mascarillas vengan sin prospecto de uso.
Toca el momento de aceptar que todos, pronto o tarde, vamos a pasar a formar parte del club selecto de los infectados. Existen de aquellos que además lo llevan en si varias veces y con orgullo de pertenencia. Seres afortunados.
Y de verdad que mientras escribo esto pienso… eres el único que encuentra sentido a ponerse un bozal cuando se encuentra con algún síntoma parecido. Total para el español tanto es compartir una cerveza, como unas cuantas variantes pandémicas. ¿Cómo decían? ¡¡¡compartir es vivir!!!.
No hemos aprendido nada.