Seguro, que a estas alturas habrás escuchado en más de una ocasión aquello del Internet de las cosas, que las direcciones IP se acabarían por que cada vez habría más equipos conectados a la red. Neveras que harían el pedido al supermercado vía web, una casa domótica, en la cual podrías subir o bajar las persianas desde la oficina, o cortar el paso del agua por que la lavadora se desbordó. Lo que no nos explicaron fue que los objetos, una taza, un soporte para una percha, una carcasa para tu móvil, o un rodamiento mecánico, también se abrirían hueco en la red de redes.
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